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En su calidad de representantes populares, los diputados deben de estar muy cerca del electorado que los eligió, detectar sus necesidades y asegurarse que estas sean tomadas en cuenta por los otros dos poderes públicos, para que de esta manera contribuyan a generar bienestar común y así cerrar brechas sociales y económicas que vayan encaminadas a favorecer la gobernanza y la armonía social; y cuando sea necesario, traducirla en una nueva Ley o modificación a las ya existentes.

Hay que recordar que los diputados se deben a nosotros los ciudadanos. Somos sus clientes y como tal deben establecer esa relación. Cuando una empresa no atiende y satisface las necesidades de sus clientes está destinada al fracaso. Las empresas exitosas son aquellas que de manera permanente evalúan el servicio que le dan a sus clientes y hacen los ajustes necesarios para que el producto o servicio que les proporcionan satisfaga sus necesidades. Así los diputados y diputadas de la LX Legislatura.

Es necesario que nosotros y, ellos mismos, evaluemos constantemente si el trabajo que hacen satisface las necesidades de los queretanos y, con base en ello, configuren una Legislatura exitosa, o en su caso, una Legislatura fracasada.

Hay grandes necesidades en materia de desarrollo social, económico, educación, salud, seguridad y movilidad, y son ellos junto con los ciudadanos quienes pueden hacer que las cosas sucedan para bien.

Por eso, hoy hacemos un llamado a esta nueva Legislatura para que se distinga por su diálogo abierto con la ciudadanía. Pedimos que realmente vean y atiendan nuestras necesidades y se conviertan en verdaderos representantes de los intereses ciudadanos.

No olvidemos nuestra responsabilidad como ciudadanos: participar. Hagamos contacto con nuestros diputados y contribuyamos, mediante el diálogo y los parlamentos abiertos, a la generación de iniciativas y leyes que atiendan nuestras necesidades.

Hagamos sinergia positiva para generar el mayor bien común. ¡Es el momento!